Pablo Palazuelo

La obra de Palazuelo sobre todo es fruto de una concepción dominante de la abstracción excesivamente lineal, que arranca con las experiencias postimpresionistas en el tránsito hacia el siglo xx y que en los años sesenta logra sus últimas consecuencias con el minimalismo.
Según esta articulación de carácter teológico, la abstracción es la culminación de los principios de anatomía y de pura visualidad propias del arte. La hegemonía indiscutida de este discurso ha hecho que otro tipo de prácticas y de estéticas que, pese a estar situadas dentro del arte moderno han interiorizado sus principios de manera heterodoxa, hayan estado parcialmente ignoradas.
Palazuelo concibe el arte como «un camino para dar salida a los problemas humanos». Sus referencias a la historia de la pintura son continuas, y es especialmente importante la influencia en su trabajo de la noción de línea derivada de la obra de Klee, que supone una auténtica revelación para él.
También reivindica a sus inicios su interés por constructivistas rusos como Gabo y Pevsner, aun cuando rehúsa su concepción científica de la geometría. La obra de Palazuelo ha sido clasificada por la historiografía de los últimos treinta años como una abstracción de tipo idealista, muy vinculada a corrientes de espiritualidad y a una concepción sagrada del artista y de su obra
Pese a que Palazuelo se nutre de corrientes de pensamiento vinculadas al esoterismo, la cábala y la filosofía y el pensamiento orientales, también es cierto que por las matemáticas, la física y el pensamiento científico son fundamentales su trabajo.
Pablo Palazuelo de la Peña (Madrid, 8 de octubre de 19151-Galapagar, Madrid; 3 de octubre de 2007) fue un pintor, escultor y grabador español. Entre sus reconocimientos se cuentan el Premio Kandinsky en 1952 y el Premio Velázquez en 2004.
Pablo Palazuelo tuvo una temprana vocación para ser pintor, aunque convencido por su padre, se matriculó en 1932 en el curso de preparación para ingresar en la Escuela de Arquitectura de Madrid. Sin embargo, al año siguiente decidió comenzar sus estudios de Arquitectura en la School Of Arts and Crafts de la Universidad de Oxford.
Allí en Inglaterra, había mantenido su abuelo algunos negocios y había residido también su hermana Inés. Como consecuencia del estallido de la Guerra Civil Española, en 1936, abandonó sus estudios y volvió a España. A partir de 1939, decidió dedicarse de manera exclusiva a la pintura.